miércoles, 12 de noviembre de 2014

MÉTODO PILATES. LA MEJOR ELECCIÓN PARA TU ESPALDA


¿Os habéis parado a contar alguna vez cuántas horas os pasáis sentados a lo largo del día? El despacho, delante del televisor, delante del ordenador, leyendo… Ahora pensad, cuando os habéis levantado después de un buen rato (incluso horas), ¿cuántos de vosotros ha notado alguna molestia en la espalda? Estoy segura de que la mayoría nota dolores lumbares y/o cervicales al levantarse. Esto se debe (ya lo trataré en otro post) a que la postura que adquirimos cuando nos sentamos no es la correcta.
Y, para todos aquellos que no trabajáis en despachos, los que trabajáis de pie (camareros, obreros, peluqueros, recepcionistas…), al acabar vuestra jornada, ¿no notáis molestias en determinadas zonas de la espalda? Al igual que les pasa a los que pasan muchas horas sentados, al estar de pie tantas horas (en algunos casos obligados a forzar determinadas posiciones para desempeñar vuestro trabajo) adquirimos posiciones nada recomendadas para nuestra espalda, haciendo que se sobrecarguen ciertas zonas (sobre todo la zona lumbar y la cervical) que acaban, como mínimo, molestando, y, casi siempre, doliendo y mucho.
Por lo general, estos dolores vienen dados por la poca consciencia corporal que tenemos. Mucha gente, sin darse cuenta, carga todo su peso sobre una pierna cuando está de pie, curva los hombros hacia delante (tanto sentado como de pie), se sienta sobre el cóccix (último hueso de la columna vertebral), y un sin fin de malas costumbres que hacen que determinados músculos de nuestra espalda estén tensos durante demasiado tiempo, lo que nos produce dolor, y, lo peor, obligan a nuestra columna vertebral a adoptar posiciones antinaturales, lo que puede derivar en lesiones.

Si acudís al médico por estos dolores, os recetará una determinada medicación y, alguno de ellos os recomendará hacer ejercicio para tonificar la espalda. La teoría no está mal, cuando más tonificada está nuestra espalda, más protegida está la columna vertebral, pero si no se corrigen los malos hábitos posturales, el problema y los dolores seguirán.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que la tonificación que se suele hacer en las salas de pesas de los gimnasios no suele ser la correcta para este tipo de problemas. Para lograr proteger la columna vertebral como es debido, hemos de tonificar los músculos más profundos de nuestra espalda, aquellos que alinean la columna, los que la recorren de abajo a arriba dando estabilidad, movilidad y flexibilidad. Estos músculos no se tonifican a base de jalones y remos.
La mejor manera de trabajar estos músculos y tomar verdadera consciencia de nuestro cuerpo, la mejor manera de que nuestra espalda llegue a estar en la posición correcta haciendo que desaparezcan todas esas molestias y dolores es practicando Pilates.

En una cosa tengo que estar de acuerdo con muchos de vosotros, si ves una clase de Pilates desde fuera, parece que no se esté trabajando nada. Pero como bien se dice las apariencias engañan. Os animo a que entréis a una clase y la probéis, veréis como ni es tan fácil ni tan suave como parece.
El Método Pilates se basa, entre otras cosas, en la alineación corporal, es decir, en mantener la columna con todas sus curvaturas naturales. Realizar ejercicios manteniendo estas curvaturas no es nada sencillo, ya que, para lograrlo, nuestro cuerpo ha de activar la musculatura más profunda, musculatura que no solemos entrenar en el gimnasio ya que no están dentro de los considerados músculos principales. Así, puedes llevar años entrenando en la sala de pesas y tener un tono muscular envidiable y no ser capaz de aguantar una clase de Pilates porque tu musculatura profunda no está suficientemente tonificada.
Por otro lado, a parte de ayudar a tonificar estos músculos, el Método Pilates también los estira y los relaja. Como he mencionado, las malas posiciones que obligamos que adopte nuestra espalda durante tanto tiempo hace que esta musculatura esté demasiado tensa durante demasiado tiempo. Los estiramientos que se realizan en esta clase hacen que, no sólo que se alivien los dolores, sino que también los previenen.

Algo que cuesta mucho entender a la gente que entrena en una sala de pesas es que mantener la flexibilidad de los músculos evita lesiones. Por lo general la gente no estira después de entrenar, lo que hace que el músculo esté cada vez más contraído, haciéndolo más susceptible de sufrir lesiones. Así, para evitar dolores y lesiones, también hemos de mantener flexibles los músculos más cercanos a la columna vertebral. ¿Os habéis fijado en la gente que sólo entrena pesas? Muchos de ellos no pueden casi ni mover la espalda. Están demasiado rígidos de entrenar con tanto peso y no dedicarle unos minutos a estirar. Esto, por lo general, lleva a graves lesiones. En el Método Pilates se mueve y se flexibiliza cada articulación vertebral haciendo que nuestra columna tenga una mayor movilidad y que nuestros discos intervertebrales se oxigenen mejor. En definitiva, nuestra columna y toda nuestra espalda gana en salud.
Otra de las cosas a tener en cuenta es que uno de los mayores protectores de nuestra columna es el transverso abdominal (el músculo más profundo de nuestros abdominales), un músculo nada fácil de trabajar (no lo lograréis con el típico crunch) y que, por lo general, sólo se trabaja con métodos específicos como el Método Pilates.

A parte del tema muscular, este método se centra mucho en la respiración. Enseña a acompañar los movimientos con la respiración, lo que hace que aumente nuestra concentración en hacer bien los ejercicios y en mantener la posición correcta. Así, clase a clase, empezamos a tomar consciencia real de nuestro cuerpo y vamos corrigiendo nuestra posición en cada actividad del día a día haciendo que todas esas molestias y dolores desaparezcan poco a poco. 
En serio, probad una clase de Pilates. Veréis como salís renovados, os sentiréis más altos, relajados, diferentes (para mejor). Probad sólo una y veréis como querréis más. Seguid haciendo Pilates y veréis como vuestra posición y vuestra espalda mejoran. No lo hagáis por moda o por estar más fuertes, hacedlo simplemente por vuestra salud.


Sólo me queda daros un consejo. Acudid a centros donde haya profesionales titulados en esta materia. Si tenéis algún tipo de patología (hiperlordosis, lumbalgias, cervicalgias, rectificaciones, hernias…) comentadlas con el instructor. Sólo los verdaderos profesionales adaptarán cada clase a vuestra situación personal. Sólo en manos de profesionales notaréis como esos dolores disminuyen y mejora vuestra calidad de vida. J

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