lunes, 5 de enero de 2015

CONSEJOS PARA ELIMINAR LA PIEL DE NARANJA



¿Cuántas veces habéis mirado una fotografía o un/a modelo de pasarela y habéis pensado aquello de "ojalá yo tuviera unas piernas (o abdomen, o glúteo, o brazos...)así"? Casi cada día, ¿verdad?
Muchos pensaréis así al ver un abdomen bien marcado, otros porque hace poco que habéis empezado a entrenar y tenéis ganas de veros unos brazos y torso tonificados... Pero, estoy segura de que, la gra mayoría, lo piensa al ver una piel tersa sobre un músculo tonificado, sin flacideces, sin esa odiada piel de naranja.
Sí, la celulitis, ese problema tan común que hace que alguna parte de nuestro cuerpo luzca lleno de antiestéticos bultitos, es capaz de crearnos un gran complejo. Así que, hoy, he decidido decicar el post a daros unos sencillos consejos para hacer que esa celulitis vaya disminuyendo y nuestra piel se parezca cada vez más a la de un melocotón, y no a la de una naranja.
 

Ante todo, quiero dejar claro que la celulitis no es un problema exclusivo de las mujeres. Vale que más del 90% de los que la sufren son mujeres, pero eso no quiere decir que los hombres no la puedan sufrir. Son una minoría, pero también los hay con celulitis.
Seguro que ahora hay muchas mujeres preguntándose "y eso, ¿por qué?". Muy fácil, es cuestión de hormonas. Las mujeres segregamos progesterona y estrógenos. La primera potencia la acumulación de grasas y los segundos la acumulación de líquidos. Esto, sumado a las características del tejido adiposo femenino y su característica disposición, hace que nuestro cuerpo sea la cuna perfecta para este problema. A parte, he de decir que también tiene caracter genético, la podemos heredar de nuestros padres.
 
Por otro lado, tenéis que quitaros de la cabeza aquello de "tengo celulitis, tengo que adelgazar". No. Tener celulitis no es sinónimo de tener sobrepeso. Esa apariencia de piel de naranja no se da por culpa de grasa de más acumulada en el cuerpo, sino que es debida a la atrofia de los adipocitos (células encargadas de almacenar la grasa que nuestro organismo necesita para funcionar correctamente) por culpa de una mala microcirculación. Hay mucha gente delgada (e, incluso, muy delgada) que tiene piel de naranja.

Ahora un dato que creo que es interesante que sepáis: la celulitis no sólo se manifiesta en las caderas. Aunque este es su lugar favorito, también suele verse en los glúteos, en el vientre, en el interior de las rodillas y de los brazos y, aunque parezca increíble, en el cuello (dándose lo que se conoce como cuello de bisonte).

Lo malo de este problema no está sólo en la estética. Al crecer, estas células bloquean la circulación sanguínea (impidiendo la correcta oxigenación de los tejidos). También bloquean la circulación linfática (que se encarga de depurar nuestro organismo). Además, la presión que ejercen los líquidos estancados destroza los capilares que riegan las células adiposas y que se encargan de liberarlos del exceso de deshechos. Así, como veis, la celulitis crea una especie de círculo vicioso en nuestro organismo, ya que, al crecer las células adiposas se entorpece la circulación (tanto sanguínea como linfática), lo que hace que estas células no puedan vaciarse y crecen cada vez más.

Por desgracia, las casas cosméticas utilizan el gran complejo que crea este problema para lucrarse sacando carísimos productos que nos prometen arrancar el problema de raíz. Pero cuidado, eso no es así. Las cremas nos pueden ayudar un poco, sobre todo las que tienen efecto refrescante, pero no llegan a la raíz del problema. Todas las cremas se quedan a un nivel dérmico, es imposible que lleguen a tener ningún efecto en los adipocitos, situados a un nivel más profundo. Para lograr desacernos del problema, lo tenemos que atacar desde dentro.
Ante todo y sobre todo, revisad vuestra dieta. Intentad evitar consumir grasas saturadas y trans. Nuestro cuerpo no les saca ningún partido, por lo que las acumula.
También es muy importante que limitéis el consumo de sal, ya que favorece la retención de líquidos, algo que hará que aumente el problema que intentamos solucionar. Si sois de los que pensáis que la comida sin sal no vale nada, os invito a que cambiéis la sal por otros condimentos como el orégano, la albahaca, el ajo, el comino, el clavo... Las especias le dan un gran sabor a cualquier comida y tienen grandes propiedades. No tenéis por qué eliminar la sal de manera radical, podéis ir eliminándola progresivamente.
Algo que también deberíais reducir es el consumo de alcohol y café. Sobrecargan el hígado, por lo que se entorpece su función de filtro.

El azúcar, la bollería indrustrial, los dulces en general, son un cúmulo de calorías vacías que nuestro organismo acumula en forma de grasa. Si lo que queremos es vaciar nuestros adipocitos, debemos eliminar todo esto de nuestra dieta.
Lo que hemos de aumentar es el consumo de agua. Beber al menos dos litros durante el día va a ayudar a nuestro organismo a eliminar toxinas, por lo que éstas no se acumularán en nuestras células grasas. Además, tenéis que tener en cuenta que, si no le suminstramos la suficiente agua a nuestro organismo, éste retendrá la poca que le demos.
 
 
Como no, he de recomendaros que abandonéis la vida sedentaria. Una de las principales causas de la celulitis es el sedentarismo. Por muchas cremas que utilicéis y por mucho que os cuidéis la alimentación, si no realizáis ninguna actividad física la celulitis no desaparecerá nunca. Como he dicho en más de una ocasión, un músculo tonificado necesita más energía para realizar cualquier movimiento, por lo que ayuda a quemar esa grasa de más. Además, la actividad física activa los sistemas circulatorio y linfático, algo imprescindible para erradicar la celulitis.
Si os estáis preguntando ¿qué tipo de ejercicios son los mejores?, la respuesta es sencilla, los de resistencia: caminar a buen ritmo, correr a ritmo constante, ciclismo, natación... No es necesario que estéis mucho tiempo. Con una hora diaria es suficiente para que los músculos comiencen a quemar grasa y a tonificarse. Si os gusta trabajar en la sala de pesas, realizad series con poco peso a altas repeticiones para trabajar la zona afectada y nunca os saltéis el cardio (cinta de correr, elíptica, clase colectiva...).

Por último, si queréis acelerar más el proceso, podéis ayudaros de los masajes anticelulíticos. Pero, cuidado, no son unos masajes que os podáis dar vosotros mismos en casa. Buscad un centro donde haya alguien capacitado para darlos. Son masajes muy profundos (y dolorosos). Llegan al nivel de los adipocitos, los vacían y mueven el contenido hacia las linfas para que nuestro organismo lo expulse mediante la orina. También encontraréis tratamientos más punteros: laser, punciones... Pero, tened en cuenta que, sea cual sea, estos tratamientos no son una solución, sino una ayuda. Si no os cuidáis por dentro, cualquier cosa que os hagáis por fuera no servirá de nada.

Como veis son consejos sencillos: alimentación sana, buena hidratación y llevar una vida activa. Todo esto, sumado a la constancia y la paciencia, hará que desaparezca esa problemática piel de naranja de una vez por todas. Cambiad vuestros hábitos de vida por unos más saludables y, poco a poco, iréis notando la diferencia. J

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