miércoles, 7 de enero de 2015

LA DIETA DE LOS GRUPOS SANGUÍNEOS. ¿PUEDE LA SANGRE DECIR LO QUE DEBEMOS COMER?



Hacía ya mucho tiempo que no oía hablar de la dieta de los grupos sanguíneos. Tanto que pensaba que, por fin, había pasado su época (sí, esto de las dietas con nombre propio va por épocas. Siguen modas). Pues bien, me equivocaba. Desde hace unas semanas llegan a mis ojos gran cantidad de artículos y posts que rezan aquello de "dime qué grupo de sangre tienes y te diré que debes de comer". Y ya son varias las personas que me han dicho que "he dejado de comer carne porque soy del grupo A y me han dicho que no es buena para mí", o "he dejado de tomar leche porque soy del grupo O y me han dicho que me sienta mal".

Por supuesto mi primera reacción siempre es preguntar: si siempre te ha sentado bien la carne, la leche, los huevos, el marisco..., ¿por qué dejas de tomarlo ahora? Que un libro te diga que esos alimentos te sientan mal por tu grupo sanguíneo, ¿es motivo suficiente para que de repente te creas que es así?

Hoy, como bien os habréis dado cuenta voy a someter a examen a esta dieta. Voy a contaros de dónde surge la idea de que el tipo de sangre de cada persona le dicta la dieta, y os daré mi opinión sincera. A partir de ahí, cada uno, como siempre, que haga lo que crea mejor.

La dieta del grupo sanguíneo no es la típica dieta milagro, que te propone perder mucho peso en tiempo récord. No. El objetivo principal de este tipo de dieta no es la pérdida de peso. Aunque se suele recetar con esta finalidad, su principal objetivo es el de vivir de manera saludable. Su propósito es que cambiemos nuestro estilo de vida dependiendo del grupo sanguíneo que tengamos.

Esta idea se le ocurrió a un naturópata americano, Peter d'Adamo, hace cerca de cuarenta años. Al ver que no todos sus pacientes respondían bien al tratamiento que les recetaba, llegó a la conclusión de que ciertas sustancias de algunos alimentos no eran compatibles con según qué grupos sanguíneos. Así, si consumes alimentos que contienen sustancias no compatibles con tu grupo sanguíneo, estos alimentos te van a sentar mal, van a hacer que engordes e, incluso, pueden impedir que adelgaces.

Ahora, ¿cómo logró clasificar Peter d'Adamo qué alimentos son compatibles y cuales son incompatibles con cada grupo sanguíneo? Lo hizo basándose en la idea de que cada grupo sanguíneo se creó en una época distinta de la humanidad. Así, conociendo en qué momento apareció cada grupo, y sabiendo lo que comía la civilización de aquel entonces, se puede saber qué es lo que se ha de comer según el grupo de sangre que se tiene.

Siguiendo esta teoría, d'Adamo define a las personas del grupo O como cazadores, ya que, asegura, este grupo se creó hace 40.000 años. Las personas de este grupo han de consumir principalmente carne, pescado, verdura, semillas y fruta (excepto kiwis, naranjas, melón y coco). Los cereales y las legumbres han de consumirlos con moderación, pero jamás han de utilizar la proteína de estas últimas en sustitución de la proteína de la carne roja (la carne roja es de vital importancia para la gente de este grupo). Se les recomienda la actividad física intensa, como, por ejemplo, deportes de competición.

Si eres como yo, de los del grupo A, eres de los agricultores. D'Adamo afirma que este grupo sanguíneo surgió hace 25.000 - 10.000 años. A nosotros se nos recomienda ser vegetarianos, es decir, hemos de basar nuestra dieta en los cereales, la fruta y la verdura, aunque consumir algo de pescado y/o marisco, legumbres y soja de vez en cuando no nos va a sentar muy mal. Para nosotros es recomendable la actividad física suave/moderada, como, por ejemplo, caminar, hacer yoga...

A los del grupo B los define como nómadas, ya que este grupo sanguíneo surgió hace 15.000 - 10.000 años. La gente de este grupo es la única a la que se le recomienda el consumo de lácteos a voluntad. También pueden tomar carne, pescado, legumbres, cereales, fruta y verdura. La actividad física recomendada para este grupo es la moderada (carrera contínua, natación...).

Por último están los del grupo AB. A estos no los definió con ningún nombre, tan sólo especificó que este grupo sanguíneo surgió hace 1.000 años y que pueden tomar tanto los alimentos permitidos por los agricultores como por los nómadas, ya que este grupo es una mezcla de los dos anteriores.

Hasta aquí, a grosso modo, el planteamiento de la dieta de los grupos sanguíneos. ¿Qué os parece? Sinceramente, a mí nunca me ha convencido.

Muchos de los que la habéis probado me diréis "pues yo adelgacé gracias a esta dieta". No lo pongo en duda. Pero seguro que esa pérdida de peso se debe más al hecho de que, como cualquier dieta que se precie, esta dieta prohibe el consumo de azúcares, fritos, bollería industrial, etc., que al hecho de que habéis comido lo que os dictaba vuestra sangre.

Por otro lado están los que piensan que es una dieta muy completa, ya que cada grupo sanguíneo consume variedad de alimentos. Yo no estoy tan segura de eso. La gente del grupo A, por ejemplo, si siguen esta dieta, van a tener deficiencias graves de calcio y hierro entre otros minerales importantes para el organismo.

A parte de esto, os voy a comentar por qué nunca me ha convencido esta dieta. Desde que oí hablar por primera vez de ella, siempre me he preguntado: ¿los grupos sanguíneos surgen, se crean? Yo juraría que siempre han estado ahí. De crearse, ¿cómo se hace, por generación espontánea? Y, más allá, ¿cómo sabe el sr. d'Adamo cuándo surgió cada grupo? ¿Hay algún tipo de prueba que corrobore que lo que afirma es cierto? Yo que sepa, y si me equivoco, por favor, decídmelo, hace 40.000 años no se hacían analíticas de sangre para saber con qué grupo sanguíneo nacía cada uno.

Voy a ir un poquito más allá. Hasta el siglo XVII no se realizó la primera transfusión de sangre. A partir de entonces, mucha gente moría después de que se le realizara una transfusión y no se supo el por qué hasta 1930, año en el que Karl Landsteiner descubrió que había varios tipos de sangre y sus compatibilidades. Fue en este año cuando se nominaron los grupos como los conocemos (A, B, O, AB).

Con todo esto, me vuelvo a preguntar: si hasta 1930 (hace sólo 85 años) no se descubrió que existían varios tipos de sangre, ¿cómo puede alguien basar la teoría de una dieta en el tipo de sangre que había hace 40.000 años? Lo siento, no me cuadra.

Por otro lado, a esta dieta le veo la misma pega que a todas las demás dietas con nombre propio, restrictivas, y dietas milagro: generaliza. Da las mismas pautas para todos los que tengan el mismo grupo sanguíneo. Para mí, un gran error. Como he dicho en más de una ocasión, la dieta que has de seguir sólo puede tener un nombre, el tuyo propio. Tu dieta se ha de basar en tu edad, tu sexo, tu complexión, tu actividad, tu finalidad... Dos personas del mismo grupo sanguíneo pueden ser totalmente diferentes (sexos opuestos, pesos dispares, una muy activa y la otra sedentaria, una querer perder volumen y la otra ganar masa muscular...) por lo que no pueden llevar la misma dieta.

Con respecto a las incompatibilidades alimentarias, existen, y cada vez más. Consumir alimentos que son incompables con nuestro organismo va a hacer que nos sintamos mal, que tengamos hinchazón, molestias intestinales, diarreas, incluso pueden hacernos engordar e impedir que adelgacemos. Pero la solución a esto no es comprar el libro de d'Adamo y seguir su dieta. La solución es hacerse una analítica para saber exactamente qué alimentos no puedes tomar y dejar de tomarlos, así de sencillo.

Como veis, otra dieta que desaconsejo totalmente. Una dieta basada en suposiciones sin base científica alguna, una dieta muy restrictiva para algunos, una dieta que generaliza. ¿Me permitís un consejo? Si queréis una buena dieta, una que os funcione a la perfección, no gastéis vuestro dinero en libros, invertidlo en visitar a un buen nutricionista/endocrino. El os podrá decir exactamente qué comer, cómo, cuándo y en qué cantidades para que podáis lograr vuestro objetivo sin que vuestro organismo sufra lo más mínimo. J

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