viernes, 20 de febrero de 2015

COLESTEROL. QUÉ ES Y QUÉ ALIMENTOS PUEDEN AYUDAR A CONTROLARLO


¿Alguna vez habéis tenido el colesterol alto? Si la respuesta es negativa me alegro muchísimo. Pero estoy segura de que todos conocéis a alguien que sí que lo tiene.
Por todos es sabido lo malo que es para la salud tener los niveles de colesterol altos: grandes posibilidades de sufrir un infarto de miocardio, arteroesclerosis (el exceso de colesterol de deposita en las paredes de las arterias, por lo que sus paredes se van estrechando)…
Ahora, ¿qué es el colesterol? Todos sabemos que hay un colesterol bueno y un colesterol malo, pero ¿cuál es cuál? Y, sobre todo, ¿podemos hacer algo para mantenerlo a raya y evitar sustos y, como no, la consiguiente medicación?
Éstas son las dudas más comunes que suele hacerse la gente en relación a este tema. Así que, en el post de hoy, voy a intentar resolverlas.
Para comenzar, me gustaría aclarar qué es eso que nos asusta tanto, el colesterol. Es simplemente una sustancia grasa natural que está presente en todas las células de nuestro cuerpo, y es muy necesaria para que nuestro organismo funcione correctamente. La mayor parte del colesterol de nuestro cuerpo se produce en el hígado, aunque también lo podemos obtener a través de la alimentación.
Para que os hagáis una idea de lo importante que es para nuestro organismo, entre sus funciones destaca la formación de ácidos biliares (vitales para la digestión de grasas). Nuestro organismo lo utiliza para formar ciertas hormonas (sexuales y tiroideas, por ejemplo). Además, los rayos del sol lo transforman en vitamina D para proteger nuestra piel de ciertos agentes químicos y evitar la deshidratación.

Ahora, si es tan importante para el funcionamiento de nuestro organismo, ¿por qué no debemos de tenerlo alto? La respuesta es muy sencilla: no hay que tener bajo el colesterol en general, hay que mantener bajo el conocido como colesterol malo. Os explico:
Cuando alguno de nuestros órganos necesita colesterol, la sangre se encarga de hacérselo llegar. Para poder ser transportado, el colesterol se une a unas partículas llamadas lipoproteínas. Éstas pueden ser de baja o de alta densidad.
Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) se encargan de transportar el colesterol desde el hígado hasta nuestras células.
Por el contrario, las lipoproteínas de alta densidad (HDL) recogen el colesterol no utilizado y lo devuelven al hígado para que sea almacenado o excretado a través de la bilis.
Así, si tenemos los niveles de LDL demasiado elevados, se transportará más colesterol del que nuestras células necesitan. Si los niveles de HDL se mantienen bajos, no podrán recoger todo el excedente de colesterol, que se adherirá a las paredes de las arterias, comenzando así los problemas.
Lo malo de todo esto es que no hay síntomas visibles de colesterol alto. La única manera de saberlo es a través de una analítica de sangre. Cuando os hagáis una analítica de sangre fijaos en estos valores (LDL y HDL). Se dice que el nivel de colesterol es normal si éste está por debajo de 200 mg/dl. Pero no os asustéis si lo tenéis un poco por encima. Antes de asustaros, mirad los valores de LDL y de HDL que tenéis. Los niveles normales de LDL han de ser iguales o inferiores a 100 mg/dl y el de HDL ha de ser superior a 35 mg/dl en hombres y 40 mg/dl en mujeres.
Con esto quiero decir que, si tu colesterol total está a 180, pero 160 se corresponden a LDL y 20 a HDL, has de considerar que tienes el colesterol alto, con todos los riesgos que ello conlleva.

Por supuesto, si tus niveles están muy elevados, tu médico te recetará la medicación adecuada y te recomendará una dieta baja en grasas para lograr bajarlo y eludir los riesgos.
Lo malo que veo en esto es que todo el mundo habla de prohibiciones. De hecho todos sabemos qué es lo que no se debe de consumir si tenemos colesterol alto (carnes grasas, embutidos, fritos…). Todo lo que se recomienda son eso, prohibiciones. Creo que se deberían hacer las cosas de otra manera. Por supuesto, hay que prohibir consumir los alimentos que harán que aumenten los niveles de LDL, pero, ¿por qué nadie aconseja aumentar el consumo de alimentos que pueden ayudar a reducirlo?
Hace un tiempo, la Harvard Medical School publicó una lista con los alimentos considerados como anticolesterol. Es la siguiente:
-                           Aceites vegetales: de entre ellos, destaca el aceite de oliva, rico en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico), vitamina E y fitosteroles (todos son compuestos cardioprotectores).

-                           Avena: compuesta de grasas insaturadas (no en gran cantidad, pero sí de buena calidad), avenasterol (tiene la capacidad de reducir la absorción de colesterol en el intestino), fibra y lecitina. Todas estas sustancias, se ha demostrado, ayudan a reducir los niveles de colesterol plasmático.

-                           Berenjena, okra y frutas (manzanas, uvas, fresas y cítricos). El poder de estos vegetales para disminuir los niveles de colesterol se debe, en parte, a su aporte de fibra (limita y retrasa la absorción intestinal del colesterol).

Para los que os lo estéis preguntando, la okra es una hortaliza muy poco (o nada) conocida en esta zona. Destaca por su riqueza en fibra soluble.
-                           Cebada: al igual que la avena, es rica en un tipo de fibra soluble (betaglucanos) eficaz en la reducción de los niveles de LDL.

-                           Frutos secos: sobre todo, nueces. Suponen un buen aporte de ácido alfa-linolénico (nuestro organismo lo transforma en ácidos grasos Omega-3). También contienen fitosteroles, sustancia que ayuda a reducir el colesterol.

-                           Legumbres: algunos fotoquímicos de las leguminosas están implicados de manera directa en la reducción del colesterol y en la prevención de la formación de la capa de ateroma que antecede a enfermedades cardiovasculares.

-                           Pescado graso: el pescado azúl es rico el ácidos grasos Omega-3, con una reconocida capacidad para disminuir los triglicéridos plasmáticos, para aumentar la vasodilatación arterial y para reducir el riesto de trombosis y la tensión arterial. Todo ello los convierte en protectores contra las enfermedades cardiovasculares.

-                           Soja: su consumo habitual aporta una cantidad significativa de grasa de una gran calidad nutricional (ácido linoleico y ácido oleico), lecitina e isoflavonas. Todo ello muy beneficioso para nuestro organismo por su eficacia reduciendo el colesterol malo. Además, se ha demostrado que las isoflavonas de la soja tienen un gran poder antioxidante sobre las lipoproteínas de alta densidad, por lo que ayudan a disminuir el conocido como colesterol malo.

Como veis, casi todos son alimentos de consumo habitual, muy fáciles de adquirir.
Con esto sólo me queda daros un consejo. Tanto si os habéis hecho una analítica recientemente como si no, tanto si tenéis los niveles de LDL demasiado elevados como si no, eliminad, o, al menos, disminuid, el consumo de grasas saturadas, de azúcares, y demás alimentos que ya todos sabemos perjudiciales en este aspecto, y añadid o aumentad vuestro consumo de los alimentos que os acabo de listar. Si vuestro colesterol está en los niveles adecuados, os ayudarán a mantenerlo ahí. Si está demasiado alto, os ayudarán a controlarlo.


Como siempre se ha dicho: mas vale prevenir que curar. No dejéis de haceros vuestra analítica periódica. Veréis como, con la alimentación correcta, todo funciona a la perfección. J

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