domingo, 17 de mayo de 2015

ERRORES EN LA DUCHA QUE PONEN EN PELIGRO NUESTRA PIEL


Todos sabemos que lo qué más preocupa a la gran mayoría de la población hoy en día es su aspecto físico, ¿a que sí? Y, dentro del aspecto físico, una de las cosas por las que más nos preocupamos es por nuestra piel. Sí, nuestra piel. Todos queremos una piel tersa, suave, bronceada, libre de manchas y arrugas… Y, para lograrlo, gastamos grandes cantidades de dinero en productos y cosméticos que nos prometen transformar la apariencia de nuestra piel y hacer que parezca la de un bebé.
Sí, gastamos mucho tiempo y dinero en el cuidado de nuestra piel. Un tiempo y un dinero que no nos duele, ya que sabemos que pareceremos más jóvenes durante más tiempo (el gran sueño dorado a nivel mundial).
Lo malo es que, sin darnos cuenta, esa obsesión que se ha apoderado del mundo hace que la pongamos en peligro su salud. Dañamos el equilibrio natural de nuestra piel exponiéndola y haciendo que aumente de manera vertiginosa el peligro a sufrir infecciones y enfermedades cutáneas.
Como lo leéis, nuestra obsesión por cuidar nuestra piel hace que cometamos ciertos errores que la ponen en peligro. Y, de entre todos los errores, los peores los cometemos a la hora de ducharnos. Sí. Expertos dermatólogos han estudiado el por qué hay cada vez mayor número de infecciones cutáneas y han concluido que el problema está en la manera que tenemos de ducharnos.
Así que hoy tengo la intención de comentar cuáles son esos errores que cometemos durante la ducha y están poniendo en peligro algo tan importante como nuestra piel.

Comenzaré hablando de la frecuencia con la que nos duchamos. Hoy en día, es muy raro que alguien no se duche a diario. Todos necesitamos sentirnos limpios. Así, ya sea al comienzo del día o al final, todos nos duchamos a diario. Lo malo es que, muchas veces nos duchamos varias veces al día.
Hay veces que ducharse varias veces al día es obligatorio (la práctica de deporte, un trabajo muy exigente físicamente hablando…). Lo malo es que esta práctica pone en grave peligro la capa protectora de nuestra piel haciendo que vuelva más propensa a sufrir infecciones.
A este respecto, es muy importante que, aquellos que nos tenemos que duchar varias veces al día, sólo utilicemos gel una de las veces. El resto, es mejor que sean duchas muy rápidas y que las hagamos sólo con agua.

También hemos de tener cuidado con la temperatura del agua. Hay gente que, incluso en verano, se ducha con agua caliente. Pero hay que tener cuidado porque el agua caliente hace que nuestra piel se reseque y se estropee. La mejor opción, según los dermatólogos, es ducharse con agua templada (sobre los 30ºC).

Cómo no, he de hablar de los geles que utilizamos cuando nos duchamos. Os voy a hacer una pregunta: ¿qué es lo primero que hacéis cuando vais a comprar un gel? Seguro que la mayoría de vosotros responde que lo primero que hacer es abrir el bote y olerlo. Sí, llego a pensar que nos duchamos con el olfato. Si nos gusta el perfume de un gel/champú lo compramos sin cuestionarnos nada.
Lo bueno es que nos duchamos y olemos estupendamente. Lo malo es que según expertos dermatólogos, los productos excesivamente perfumados pueden producir dermatitis y/o alergias en las pieles sensibles. El hecho de que un gel lleve tanto perfume es sinónimo de que es demasiado químico, sabremos que es así porque, además, hacen mucha espuma. Ante esto, nosotros estamos felices, pensamos que, cuanta más espuma hagamos al ducharnos, más limpios quedamos, pero no es así. Cuanta más espuma produce un gel, más conservantes contiene, lo que aumenta el riesgo de que nuestra piel sufra daños.

Esto es debido a que, como he comentado, estos geles contienen mucho jabón (productos químicos). Estos productos eliminan el manto ácido de la piel, por lo que ésta queda desprotegida ante agresiones externas. A este respecto, los dermatólogos recomiendan buscar lo que llaman las fórmulas sin, que respetan la capa hidrolipídica que recubre la piel. No os preocupéis, no son difíciles de encontrar. La mayoría de productos de ducha que encontraréis en las farmacias responden a esta fórmula.

Otra pregunta: ¿cómo aplicáis el gel en vuestro cuerpo? La mayoría utiliza esponja o guante de crin, ¿verdad? Otro grave error. Los dermatólogos avisan de que las personas sanas y autónomas deberíamos prescindir de este utensilio y aplicar el gel con la mano. Aseguran que las fricciones (demasiado enérgicas en la mayoría de los casos) tan continuas (a diario) hacen que eliminemos, no sólo la piel muerta y la suciedad de nuestro cuerpo, sino también esa capa protectora tan importante para nuestra piel. Así, aseguran que aplicándonos el gel con las manos, eliminamos esas partículas muertas y esa suciedad acumulada a lo largo del día (y/o durante la práctica deportiva) sin dañar esta fina capa de nuestra epidermis.
Sin embargo, existen casos en los que se recomienda el uso de esponja por su poder descamativo. Este sería el caso de personas con lesiones cutáneas como la psoriasis, por ejemplo. En personas dependientes por enfermedad o edad (niños y ancianos) también es aconsejable utilizarla. Eso sí, en estos casos lo recomendable sería utilizar esponjas desechables, ya que las esponjas, además, se convierten en un almacén de gérmenes.

Otro gran error que cometemos es el de no aclararnos bien el gel. Vamos con prisa y, muchas veces, salimos con jabón en alguna parte de nuestro cuerpo, ¿a que os ha pasado más de una vez? (sobre todo en la espalda). Pues bien, el mínimo resto de gel o jabón que quede en la piel puede provocar dermatitis irritativas. Mi consejo: echad un buen vistazo a todo vuestro cuerpo antes de salir de la ducha y aseguraos de que os habéis aclarado bien.

Otra práctica muy común que debería erradicarse es la de depilarse bajo la ducha. Sí, más del 65% de las mujeres se depila con cuchilla, y muchas aprovechan precisamente el momento de la ducha para hacerlo. Los estudios concluyen que rasurarse mientras cae agua puede provocar irritación.
Ahora, si lo que os falta es tiempo para poder depilaros fuera de la ducha y pensáis en seguir haciéndolo dentro, lo aconsejable es que utilicéis geles o espumas depilatorias y que el agua de la ducha sea templada o fría. Así, al menos, la irritación será algo menor.

Por último, he de hablar del secado. Aunque muchos aseguran que lo mejor es dejar que el agua se evapore y no utilizar toalla, todo va a depender de la zona en la que vivas. Hay zonas en la que el agua es muy dura. Dejarla secar sobre la piel puede hacer que esta se reseque y quede áspera y tirante.
Lo que también hemos de evitar es secarnos con toalla utilizando fricciones enérgicas. Esto puede hacer que estropeemos el famoso manto de protección de nuestra piel. Lo aconsejable es secarnos con una toalla a base de ligeros toques o suaves caricias.


Seguro que os acabáis de dar cuenta de que ponéis en peligro a diario esa piel que tanto queréis cuidar. Lo bueno es que cuidarla y mantenerla sana es fácil. Sólo tenemos que modificar unos pocos malos hábitos. Veréis como, aunque las duchas no sean tan perfumadas ni tan espumosas, seguiréis teniendo la sensación de estar limpios y, mucho mejor, notaréis la piel cada vez más sana. Ya sabéis, empezad a cambiar vuestros hábitos de ducha, vuestra piel os lo agradecerá. J


Para cualquier consulta: mejorsiesconsalud@gmail.com

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