domingo, 3 de mayo de 2015

TACONES ALTOS. GRANDES ENEMIGOS DE LA SALUD


Pensad en cualquier tipo de celebración (bodas, comuniones, bautizos, cenas…). Ahora pensad en las mujeres que acuden a ellas. ¿Qué tienen en común? Unas preferirán vestir de corto, otras de largo, otras no saldrán si no es con pantalón, están las que prefieren un estilo más clásico y las que prefieren ir a la última… Sí, variedad de colores y estilos, pero, si no todas, más del 95% de ellas tienen algo en común: unos tacones de vértigo que hacen que, en muchas ocasiones, les sea difícil hasta tenerse en pie.
A la pregunta “¿por qué te pones esos zapatos si en seguida te duelen los pies?, la respuesta es generalizada: “un buen tacón es lo que más estiliza las piernas”. Así, con esta leyenda por bandera, las mujeres del mundo entero están destrozando poco a poco, y sin saberlo, su salud.
Sí, estoy de acuerdo. Unos tacones altos estilizan las piernas y, además, te hacen parecer más alta. Pero hay estudios que demuestran que, utilizados asíduamente, acaban desencadenando graves problemas de salud para los pies, rodillas, músculos de la pierna, caderas y/o cervicales.

Vamos a pensar en nuestros pies. Están hechos para repartir el peso de nuestro cuerpo por toda la planta. De esta manera nuestro esqueleto estará en una posición correcta y ninguno de nuestros músculos se ve obligado a realizar esfuerzos extra para mantener el equilibrio. No hay descompensaciones.
Ahora vamos a pensar en la posición en la que han de estar nuestros pies cuando los colocamos dentro de unos zapatos de tacón alto. Con un tacón de tan sólo 4 cm., la parte delantera del pie pasa a soportar más de la mitad de nuestro peso corporal (sobre el 57% según los estudios). Tan sólo con que el tacón sea de 6 cm., la parte delantera de nuestro pie pasa a soportar el 75% de nuestro peso. ¿Os podéis imaginar lo que soportan con esas alturas de 13 ó 15 cm. que tan de moda están?
Estos cambios de presión a los que sometemos a nuestros pies tienen graves repercusiones tanto en la articulación del tobillo, como en la de la rodilla y la cadera. Lo que llega a provocar alteraciones en la columna vertebral.

Eso sí, de todos, el que primero (y más) sufre es el pie. Al cambiar la manera en la que el peso de nuestro cuerpo se ha de repartir por la planta provocamos la aparición de los dolorosos juanetes (cuando el hueso donde nace el dedo pulgar del pie sobresale hacia fuera). Una patología que sólo se puede corregir con cirugía.
Además, el hecho de mantener tanto peso en la parte delantera del pie, hace que salgan durezas (callos) y dolores en la almohadilla del pie (parte delantera de la planta). También provoca la aparición de los conocidos como dedos en garra o martillo, una deformidad de los dedos de los pies que hace que los dedos se curven hacia abajo, como si fuesen garras, haciendo que se presenten puntos dolorosos en las articulaciones de las falanges.
Otra lesión muy común que presentan las mujeres que suelen llevar tacones altos es el conocido como neuroma de Morton, una lesión, muy dolorosa y molesta, que afecta al nervio situado entre los dedos de los pies.

Ahora, no penséis que sólo sufren los pies. Al caminar en tacones, nuestros tobillos están en una posición muy forzada. Los músculos de los gemelos están en continua tensión, por lo que el tendón de Aquiles se acorta, pudiendo llegar a producirse una tendinitis. Creedme, ésta (tendinitis del tendón de Aquiles) es una de las tendinitis más dolorosas que existen.
Por otro lado, nuestras rodillas se ven muy forzadas a cada paso, buscando el equilibrio para no caernos mientras nos empeñamos en caminar sobre una base de apoyo tan pequeña. Así se aumenta en gran medida la posibilidad de sufrir osteoartritis, enfermedad producida por el desgaste del cartílago.
Seguro que conocéis a más de una mujer que asegura que no puede caminar sin tacones, que “si camino más plana me duele todo”. Esto es debido a que el uso continuo de tacones altos hace que se acorten todos los músculos de la parte posterior de las piernas. Una condición muy peligrosa, ya que un músculo acortado tiene más posibilidades de lesionarse.

Ahora voy a por el gran motivo que hace que tantas mujeres no puedan vivir sin tacones: estilizan. Sí, la posición en la que este tipo de calzado nos hace caminar hace que se tensen los músculos del glúteo, por lo que la articulación de la cadera se ha de recolocar para buscar el equilibrio. Esto hace que se marque más la curvatura lumbar (hiperlordosis lumbar). Sí, esta posición realza las piernas y los glúteos pero ese arqueo de la curvatura lumbar puede provocar lumbalgias y ciáticas.
Pero la cosa no se queda aquí. Nuestro cuerpo va a intentar compensar esta exageración de la curvatura lumbar para encontrar el equilibrio. Para ello, hará que adelantemos la cabeza, lo que hará que aumente nuestra curvatura dorsal natural, es decir, marcaremos chepa (hipercifosis dorsal). Esto hará que nuestras cervicales se coloquen en una posición demasiado forzada, lo que nos provocará no sólo contracturas en la parte alta del trapecio, podemos llegar a sufrir grandes dolores de cabeza.

Ahora bien, cuando hablo de tacones altos, ¿a qué me refiero? Está comprobado que, para una persona de 1.70 m de altura, unos tacones de más de 5 cm de altura empezarán a provocarles problemas serios. Lo paradójico es que, en contra de lo que todos pensamos, cuanto más bajita es la persona, menos altura de tacón soporta su cuerpo (para una persona de 1.60 m de altura unos tacones de más de 4 cm serían excesivos). Por eso, se ha establecido como “tacón de altura aceptable” el de 3 cm.
Si esto os parece muy poco, si os queréis ver más altas, siempre podéis recurrir al calzado con cuña. El hecho de que se eleve, no sólo el talón, sino también la parte delantera del pie, hace que el cambio de presión del pie nos sea tan pronunciado por lo que palía los problemas. Además la base de este tipo de calzado es más amplia que la de los tacones de aguja, por lo que las rodillas no sufren tanto en cada paso.
Si queréis un consejo, visto lo visto, yo no utilizaría los zapatos de tacón alto para estilizar mis piernas. ¿Queréis estilizarlas de manera segura y que luzcan estilizadas con calzado plano? La solución es sencilla: haced ejercicio. Tonificad las piernas realizando actividad física. Veréis cómo lograréis tenerlas firmes, tersas y estilizadas sin necesidad de poner en peligro vuestra salud.


Como veis, no vale la pena poner en peligro la estabilidad y la salud de todo nuestro cuerpo por parecer más estilizadas. Dejad a un lado esa moda tan glamurosamente peligrosa. Creedme, vuestra salud os lo agradecerá. J


Para cualquier consulta: mejorsiesconsalud@gmail.com

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